Malos hábitos

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Viernes 29 de Septiembre del 2023

Soy necia porque a pesar de saber que el café ya me hace mal, no puedo dejar de tomarlo. Compré descafeinado, pero no lo tomo porque reconozco que no me sabe igual, soy adicta a los sabores que vienen con una carga de electricidad, a ese shot de adrenalina que me provoca taquicardia y manos temblorosas. Todas las mañanas me siento para mirar el humo que sale de la taza llena de café. Dialogo conmigo y con la culpa que me provoca no cuidar de mí, con la angustia de no tener coherencia emocional. Huelo el aroma que se desprende del grano recién molido, lo inhalo con profundidad. ¿Hasta cuándo soltaré los viejos e inútiles hábitos? Me bebo el café sin disfrutarlo porque ya estoy pensando en las consecuencias y porque algo en mí me dice que he vuelto a traicionarme. Después, ya con el efecto de la cafeína, vuelvo a mi habitación y abro esa cajita en la que he depositado algunos secretos. Hay una foto. La foto en la que me miras con ojos tristes. La tomo con las manos que bailan al son del pulso inestable. Pienso: Al igual que con el café, a ti también, pronto, te sacaré de mi vida. Pero el ritual se sigue repitiendo cada mañana.

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