Mi padre me miró con añoranza, después me dijo:
—Has trotado mucho, has hecho bien.
Yo le pregunté:
—¿Hacia dónde apuntamos?
Él me contestó:
—Lejos.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *
Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.