Primavera.
Ya es tiempo de despertar, de sentir el calor que en invierno nos hizo falta. De liberar la piel de todas esas capas de ropa. De renovarnos. De reparar —el que no repara, repite—. De entender que todo toma su tiempo y que, aunque nos duela, no podemos, ni debemos, permanecer en el mismo estado. Florecer es la metamorfosis del alma.